Colegiata de San Isidro
La colegiata de San Isidro se encuentra en la calle de Toledo, 37, que está en zona céntrica de Madrid. Durante una época fue la catedral de Madrid, hasta que se terminó de construir la Catedral de la Almudena. En esta entrada hablaremos de la colegiata de San Isidro.
El proyecto de la iglesia fue del jesuita Pedro Sánchez, en la primera mitad del siglo XVII. En 1769, Ventura Rodríguez proyectó un nuevo presbiterio, al igual que el retablo del altar mayor.
Cuando se expulsaron a los jesuitas de España, en el año 1768, el templo se convirtió en Colegiata. Más adelante, concretamente un año después, este templo acogió los restos de San Isidro Labrador, que se encuentran en el altar mayor, como hemos comentado anteriormente. También se encuentran los restos de Santa María La Cabeza, mujer de San Isidro.
Añadir que al lado del colegio se encuentra el Colegio Imperial, que data de unos años antes que la colegiata.
Uno de los inconvenientes es que la fachada no se puede ver de frente, debido a la estrechez de la calle. La verja de esta colegiata está decorada con el águila bicéfala, símbolo de la dinastía austriaca, que es la fundadora del colegio.
Colegiata de San Isidro
La Real Colegiata de San Isidro y Nuestra Señora del Buen Consejo, que es ese su nombre completo, se encuentra en el Barrio de la Latina. En el altar mayor de esta colegiata se encuentra el sepulcro de San Isidro, que es el patrón de la ciudad de Madrid.El proyecto de la iglesia fue del jesuita Pedro Sánchez, en la primera mitad del siglo XVII. En 1769, Ventura Rodríguez proyectó un nuevo presbiterio, al igual que el retablo del altar mayor.
Cuando se expulsaron a los jesuitas de España, en el año 1768, el templo se convirtió en Colegiata. Más adelante, concretamente un año después, este templo acogió los restos de San Isidro Labrador, que se encuentran en el altar mayor, como hemos comentado anteriormente. También se encuentran los restos de Santa María La Cabeza, mujer de San Isidro.
Añadir que al lado del colegio se encuentra el Colegio Imperial, que data de unos años antes que la colegiata.
Uno de los inconvenientes es que la fachada no se puede ver de frente, debido a la estrechez de la calle. La verja de esta colegiata está decorada con el águila bicéfala, símbolo de la dinastía austriaca, que es la fundadora del colegio.
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